CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO La loba blanca
la loba

LA LOBA BLANCA

Subo al autobús en la parada Farmacia Militar

En las Fuentecillas, Burgos

Que me lleva hasta la parada del Centro de Salud Comuneros

Y me siento al lado de un amigo

Que está soñando con calzarse a una loba blanca:

Una joven que está sentada frente a nosotros

Al otro lado, a la derecha

Más salida que una mona

Pues la vimos al cruzar las piernas

Que unos pelitos negros le salían

De lo hondo de la castaña

Tapada con una braguita blanca.

Comenzamos a echar suertes

A ver a cuál de los dos más miraba.

Le miraba más a él por supuesto

Pues cuando sonreía detrás de la mascarilla

Volvía a cruzar las piernas

Y sus manos sujetaban sus dos tetas

Pues se le salían con ansias.

-¡Quien pudiera entrar en su cabaña¡ le dije yo.

Él no me decía nada

Extasiado como estaba

Preocupado de que su cacharro no se saliera de la bragueta

Y lo enseñara.

Yo, también, soñaba

Y me hacía ilusiones de que ella me dijera:

-Baja cuando yo baje

Para poderle llevar a mi casa y cama

Ya que mi esposa no está

Que se ha ido a pasar la mañana

Con unas amigas como ella jubiladas.

Se me afilaron los dientes postizos

Se me infló el miembro como una morcilla de Aranda

Y al hacer el autobús las cuatro vueltas

Para llegar a mi parada

Casi me abalanzo sobre ella

Y le rozo con una gota de esperma su cara.

Ella se levantó al instante

Para cambiarse de sitio.

Yo me bajé en la parada

Yendo con la pena del pene

Que no pudo sacar tajada

Ni mis dientes postizos

Que les hace mucha falta una castaña.

Pero, también, iba contento de estar sano y vivo

Aunque esté cansado por viejo como una zamarra.

Esta loba parda entró en mi mente

Y mi pájaro carnal sigue volando hacia ella

Por ver de entrar en su castaña

Cuando sea.

-Daniel de Culla